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El viento hizo
que las llamas se extendieran con gran rapidez
por el término de Villaflor / Foto
Mariam | |
Villaflor
I. Gomez/J. A. García
El fuego se inició
hacia las tres de la tarde cuando la población de
Villaflor se hallaba en sus casas ante el mantel y los
platos. «Oímos ¡fuego, fuego! y salimos y ya nos
encontramos con el fuego en las viñas y en las fincas de
al lado de las casas» afirma Enedina Vaquero, que vivió
ayer una de las experiencias más horrorosas de su vida
porque necesita oxigenarse. «Las pasé putas, por decirlo
como Dios manda» expresa.
El fuego apareció al
menos, según algunas fuentes vecinales, en tres puntos
diferentes y debido al viento y a la vegetación de jaras
se extendió con una rapidez asombrosa. «Fue visto y no
visto. Terrible» afirma Gerardo Hierro. Esta familia se
enteró del fuego «porque un burro se puso inquieto» y
cuando salieron a ver lo que pasaba se encontraron con
que el humo lo invadía todo. «No sabíamos para donde
tirar». Dicho burro se salvó gracias a que su amo, José
Lorenzo, logró desatarlo a tiempo y salió corriendo. Sin
embargo, no pudo hacer lo mismo con un perro “Fiky” que
tenía atado a un carro en una finca. Las llamas entraron
y lo calcinaron sin piedad. «A la chica, Celia Lorenzo,
le entraron muchos nervios cuando vio al perro» afirma
el propio José.
Igualmente en vilo
vivió los apurados momentos Tomás Díez, que se hallaba
en el interior de una bodega a la que llegaron las
llamas. También los bomberos vivieron ayer momentos
tensos. Un vehículo todoterreno se averió en la zona
donde estaban las llamas y los dos bomberos que ocupaban
el vehículo hubieron de salir corriendo en un momento de
gran confusión porque cerca se encontraba otro coche con
más agentes que también se vieron mal para salir airosos
de tan tenso momento. Los bomberos se encontraban ayer
muy afectados por la pérdida del todo terreno que a
punto estuvo de provocar un accidente más grave «porque
las llamas cruzaban los caminos, iban de lado a lado»,
apuntaba un testigo.
Ante la preocupante
situación toda la población se echó a la calle con cubos
y mangueras para defender las viviendas ante el temor de
que el casco urbano se viera arrasado por las llamas. En
las tareas de sofoco se vieron ayudados por los
efectivos de los retenes contraincendios que debieron
afrontar estas tareas sin comer porque la urgencia les
pilló cuando estaban a punto de ponerse a la mesa. «El
estómago me hace algo» decía ayer uno de los técnicos
responsables de la Junta de Castilla y León que
trasmitió el nivel del fuego para que las autoridades
pertinentes decidieran si procedía o no el desalojo de
la población. El nivel se estimó «entre el uno y el
dos».
Las llamas se fueron
apoderando de todo el término de Villaflor a una
velocidad irrefrenable no apagándose, en muchos puntos,
hasta alcanzar las mismas aguas del embalse del Esla.
A su paso calcinaron la
vegetación de jaras y encinas que encontraron, las
huertas, las fincas, los viñedos y los frutales.
El hecho de que rondara
e incluso penetrara en las cortinas del pueblo sembró el
pánico entre los habitantes, especialmente, cuando se
vieron sumergidos en medio de una humareda que anuló
toda visibilidad. Sobre el origen del incendio, tanto
fuentes de la Guardia Civil como vecinales se inclinaban
«por la intencionalidad o por la negligencia de alguno
que se descuidara». «Si fue intencionado, el que lo hizo
está zumbado o está loco porque parece increíble lo que
ha hecho».
Aunque ayer se
desconocía la superficie quemada por el incendio,
fuentes vecinales calculaban que las llamas se habían
llevado por delante cerca de setecientas hectáreas, que
viene a ser la mayor parte del escenario vegetal de
Villaflor al quedar únicamente libre una zona en la
parte conocida como “El Sierro”. El alcalde del
Ayuntamiento, Diego Martín Añez, afirmó ayer que la
superficie quemada se acercaba a las setecientas
hectáreas porque el fuego también había afectado a otros
términos como Ricobayo y Cerezal.
Los vecinos de
Villaflor exigían ayer noche al alcalde bocas de riego
«porque hasta los bomberos se quejaban y el daño ha sido
grande. Hemos perdido, los huertos, los viñedos y ha
sido mucho, mucho el daño» al decir de una vecina de la
localidad.
Entre las pérdidas del
incendio de ayer en Villaflor se hace mención a la caza
y a las setas. Impresionó ver a los conejos y a las
perdices intentar escapar de las llamas y salir hacia la
carretera para luego volver a unos feudos que al final
resultaron calcinados completamente. «Esta es una zona
muy buena de setas y aquí hay vecinos que sacan un buen
dinero de la recolección de hongos» afirmaba ayer
Gerardo Hierro.
En las tareas de
extinción participaron una cuadrilla, un retén,
efectivos del Cuerpo de Bomberos de Zamora, dos aviones
Anfibio, dos carrocetas, un helicóptero UAGI, dos medios
aéreos de Portugal, un avioneta Air Tractor, dos agentes
forestales y un técnico. Los bomberos repostaban
utilizando el abastecimiento de agua en el pueblo en
tanto que los hidroaviones llenaban sus tanques en las
aguas del embalse del Esla.
Fuentes vecinales
criticaban ayer que no existiera un acceso hasta el
embalse para que los bomberos pudieran acceder hasta el
mismo y resolver con más celeridad el repostado.
El servicio de Medio
Ambiente de la Junta declaró el siniestro como nivel 1
de gravedad, en el que se encuadran los incendios con
una superficie mayor a las treinta hectáreas —fuentes
vecinales elevaron considerablemente la superficie
arrasada—, y en los que es necesario recurrir a medios
regionales o que superan el límite provincia. En el caso
de ayer intervinieron dos vehículos aéreos de Portugal
junto al resto de medios, coordinados desde el Centro
Provincial de Mando, situado en Zamora.
Aunque el viento
dificultó considerablemente las labores de extinción,
pasadas las ocho de la tarde el incendio de las
inmediaciones de Villaflor estaba ya controlado y los
técnicos procedían a perimetrar la zona para conocer la
superficie afectada y asegurar su control mediante un
cortafuegos. Las investigaciones se centrarán ahora en
esclarecer el origen del incendio que se produjo
veinticuatro horas después de que otro fuego se
declarara en el mismo término, aunque con consecuencias
mucho menos graves, pero que ya puso en alerta al
aproximadamente medio centenar de vecinos que en verano
residen en Villaflor y que el resto del año se limita a
media docena de personas.
En el siniestro no hubo
que lamentar daños personales.
El incendio cambió en
unas horas la estampa paisajística de Villaflor.
Nuevos focos en
Remesal, Muelas de los Caballeros, Alcañices y Cibanal
Al incendio de
Villaflor se sumaron ayer cuatro focos más en otros
tantos puntos de la provincia. En Remesal (perteneciente
a Palacios de Sanabria) se declaró un fuego pasadas las
dos de la tarde. A las cuatro menos diez se originaba
otro en el término de Muelas de los Caballeros, cuya
extinción requirió la intervención de un helicóptero
procedente de la base de Rosinos. Alcañices también fue
ayer víctima de las llamas con un incendio declarado a
las cinco menos cuarto de la tarde que, al igual que los
anterior, a última hora de la tarde de ayer se
encontraba ya controlado.
El último fuego se
declaró en el término de Villar del Buey (en Cibanal) y
a última hora de la tarde permanecía activo mientras una
carroceta, una cuadrilla y un agente forestal trabajaban
en las tareas de extinción, según la información del
servicio de Medio Ambiente de la Junta.